Me he acordado muchas veces de ti,
y hoy he pensado en volverte a escribir.
Quiero contarte que buscando entre mis libros
vi tus dibujos y casi te oí decir:
Hola qué tal Lico Manuel. ¿Qué tal?
Vamos pero dando la vuelta.
Espera, no me cojas aún
que está mi madre en el balcón.
Yo vivo en el mismo lugar.
Existe aún aquel bar y el rincón
donde solíamos hablar.
Donde escuchábamos nuestra canción.
Ahora ya no van a merendar
los de la fábrica de gas.
Ahora ya no hay palomas
ni aquel gato que era cazador.
Arrancaron el árbol
que hacía sombra en tu puerta.
Y casi te oigo decir:
Hola qué tal Lico Manuel.
Casi te puedo imaginar
al ver tu firma en un papel
Aún te recuerdo, muchas veces pienso en ti.
Y hoy he pensado en volverte a escribir.
Agua de lluvia, agua de días que vendrán...
Me desperté sin ti, no volverás jamás.
Adiós Manuel, Lico Manuel, me voy
hacia el fondo, al mar de la nada.
Y yo aquí tendido estoy
en este lecho de llanto.
Arriba, venga ponte de pie.
Lo que pasó ya no existe. Pues bien,
hace ya más de un mes.
Ahora mejor es olvidar.
Llanto de pasión.
No recuerdo quién fue
a la que tanto amé.
Qué cansado que estoy.
Recuerdos que al final
son un cruce de caminos.
¿Qué tal Lico Manuel?
Ya ves, vuelvo a donde empecé.
El Último de la Fila (1984-1998) fue un grupo musical de pop rock español formado por Manolo García (vocalista) y Quimi Portet (guitarrista) y nacido en la ciudad de Barcelona. Ha sido uno de los grupos musicales de más éxito en España durante las décadas de los 80 y de los 90, años en los que desarrollaron siete álbumes musicales y numerosas giras, generalmente en España, aunque también en diversos países de Hispanoamérica.
Cruzó el pasado en el camino
y lo miraba y no podía llorar.
Entre el crepúsculo y el alba
no hizo otra cosa que dejarse llevar.
Y refulgiendo cual luciérnagas,
caminando sin prisa sobre el tiempo,
huyen de un mundo material,
son espíritus barridos por el viento.
Y ahora van
hacia su abstracción,
dales sólo paz y una sonrisa,
cielo abierto y aire para respirar.
Caen las estrellas de su manto,
verdean los campos a un resquicio de luz,
la pradera ahora es su casa
donde la espiga brota entre la flor.
Si les miente la vida
se hacen parapetos con poemas.
Un día color de melocotón,
cuando todos seamos libres,
cuando las piedras se puedan comer
y ya nadie sea más que nadie,
canta por mí
si no estoy yo aquí.
Viene el día en que seremos puros
como un cielo de verano sobre el mar.
Cantaré por ti
si no estás tú aquí
y lo miraba y no podía llorar.
Entre el crepúsculo y el alba
no hizo otra cosa que dejarse llevar.
Y refulgiendo cual luciérnagas,
caminando sin prisa sobre el tiempo,
huyen de un mundo material,
son espíritus barridos por el viento.
Y ahora van
hacia su abstracción,
dales sólo paz y una sonrisa,
cielo abierto y aire para respirar.
Caen las estrellas de su manto,
verdean los campos a un resquicio de luz,
la pradera ahora es su casa
donde la espiga brota entre la flor.
Si les miente la vida
se hacen parapetos con poemas.
Un día color de melocotón,
cuando todos seamos libres,
cuando las piedras se puedan comer
y ya nadie sea más que nadie,
canta por mí
si no estoy yo aquí.
Viene el día en que seremos puros
como un cielo de verano sobre el mar.
Cantaré por ti
si no estás tú aquí
Esta mañana al salir a patrullar,
Hallamos muerto al soldado Adrián.
Como manda el reglamento procedimos a buscar
Los objetos que llevara. Sólo hallamos esta carta:
Hallamos muerto al soldado Adrián.
Como manda el reglamento procedimos a buscar
Los objetos que llevara. Sólo hallamos esta carta:
Querida Milagros, llevo seis días aquí.
Te echo de menos, no puedo vivir sin ti.
He visto las explosiones brillando a mi alrededor.
Tengo miedo, no lo oculto, sólo me queda tu amor.
Por ahora la suerte me ha sonreído;
Necesito verte, aquí no hay amigos;
No estaría de más que alguien me explicara,
Qué tiene esto que ver contigo y conmigo.
Te echo de menos, no puedo vivir sin ti.
He visto las explosiones brillando a mi alrededor.
Tengo miedo, no lo oculto, sólo me queda tu amor.
Por ahora la suerte me ha sonreído;
Necesito verte, aquí no hay amigos;
No estaría de más que alguien me explicara,
Qué tiene esto que ver contigo y conmigo.
Querida Milagros, queda tanto por vivir.
Sería absurdo dejarse la piel aquí.
Querida Milagros, aún no he podido dormir.
Un sueño frío me anuncia que llega el fin.
Cuando leas esta carta háblales a las estrellas,
Desde que he llegado aquí sólo he hablado con ellas.
Sería absurdo dejarse la piel aquí.
Querida Milagros, aún no he podido dormir.
Un sueño frío me anuncia que llega el fin.
Cuando leas esta carta háblales a las estrellas,
Desde que he llegado aquí sólo he hablado con ellas.
Por ahora la suerte me ha sonreído;
Necesito verte, aquí no hay amigos;
No estaría de más que alguien me explicara,
Qué tiene esto que ver contigo y conmigo.
He visto a los hombres llorar como niños;
He visto a la muerte como un ave extraña,
Planear en silencio sobre los caminos,
Devorar a un sol que es tuyo y es mio.
He visto a la muerte como un ave extraña,
Planear en silencio sobre los caminos,
Devorar a un sol que es tuyo y es mio.
Querida Milagros, llevo seis días aquí.
Te echo de menos, no puedo vivir sin ti.
Querida Milagros, queda tanto por vivir.
Te echo de menos, no puedo vivir sin ti.
Querida Milagros, queda tanto por vivir.
Sería absurdo, dejarse la piel aquí
Querida Milagros, llevo seis días aquí,
Muchos han muerto, casi todos moriran
Querida Milagros, me tengo que despedir
Siempre te quiere:
Tu soldado Adrián
Muchos han muerto, casi todos moriran
Querida Milagros, me tengo que despedir
Siempre te quiere:
Tu soldado Adrián
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