Si hablamos del autismo, o mejor dicho, del trastorno del espectro autista (TEA), a lo mejor recordamos la película <<Rain Man>>, protagonizada en 1988 por Dustin Hoffman, pero es menos probable que lo relacionemos con celebridades como Isaac Newton, Beethoven, Mozart, Bill Gates... y aún más dificil que nos venga a la mente el nombre de Temple Grandin.
Esta mujer, de quien los médicos llegaron a decir cuando era niña que nunca iba a poder hablar, terminó dos carreras universitarias, se doctoró en Psicología y Zoología, y, además, inventó la máquina de dar abrazos, un útil instrumento para ayudar a las personas con TEA. Pero ¿qué es este ingenio de nombre tan sugerente?
Cuando Temple tenía 16 años, durante unas vacaciones que pasó en la granja de sus tíos en Arizona, observó cómo el veterinario utilizaba con las vacas un aparato compuesto por dos placas metálicas con las que las presionaba suavemente por los lados hasta calmarlas. A causa de su autismo, ella no soportaba que nadie la tocara y sufría intensas crisis de angustia, por lo que se le ocurrió construir una máquina parecida para tranquilizarse cuando lo necesitaba. <<Mi sistema nervioso se sobreestimulaba cuando sentía a alguien cerca, con cualquier ruido -relata Temple-... De niña, los sonidos cotidianos, como la campana de la escuela o los coches, herían mis oídos como el taladro de un dentista golpeando en el nervio>>.
Grandin creó una máquina que permite a su usuario controlar la duración y la intensidad del abrazo hasta que sienta su efecto tranquilizador y, según cuenta ella misma, <<después de usarla, tengo sueños más agradables>>. Su mentor, William Carloch, un profesor de ciencias que había trabajado en la NASA, la animó a demostrar la eficacia de aquel invento y el resultado es que, hoy en día, se utiliza en muchas clínicas para el tratamiento de personas con TEA.
En la actualidad, Grandin, de 70 años, no sólo es un referente para la comunidad autista, sino también una personalidad mundial y asesora del Gobierno de EEUU en temas de bienestar animal.
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