Un humilde picador de piedra vivía siempre con el deseo de convertirse en un hombre rico y poderoso. Un día, expresó su deseo en voz alta y se hizo realidad. Fue feliz hasta el día que conoció a un hombre más rico. Pidió entonces, ser tan poderoso como él y también le fue concedido. Pronto se dio cuenta de que por su condición se había creado muchos enemigos y tuvo miedo. Después de ver a un samurai luchando, pensó que lo mejor sería transformarse en uno. Y así fue. Pero aun siendo un temido guerrero, sus adversarios aumentaron. Una mañana se sorprendió mirando al sol y pensó: <<Él sí es superior. Nadie puede hacerle daño. ¡Quiero ser el sol!>>. Su deseo le fue concedido. Pero una nube le entorpeció la visión y pensó que ella sí que era poderosa. Así que se volvió nube. Sin embargo, el viento le arrastró con su fuerza y el antiguo picador volvió a desilusionarse hasta que logró ser el viento. Quiso entonces mover una roca y no pudo: <<¡Ella sí es realmente fuerte!>>. Se hizo piedra y se sintió invencible porque creía que no había nada más fuerte que él en todo el universo. Pero apareció un picador de piedra que tallaba la roca como quería. Entonces se dio cuenta de que su condición inicial no era tan mala como pensaba y que lo mejor sería volver a ser un simple picador de piedra.
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