El éxito es el efecto acumulado de hábitos insignificantes. Son estos los que marcan la diferencia.
La importancia de elegir
"El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va"
ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY
Dos hermanos comparten la misma familia, genética, posibilidades y educación, entorno..., y, sin embargo, con el paso de los años, sus vidas se hacen cada vez más diferentes. Básicamente hay tres factores que influyen en esa divergencia: sus elecciones, sus acciones y sus relaciones.
Lo cierto es que no podemos "no elegir". No tomar una decisión es, en realidad, tomar una: demorarla. De modo que estamos decidiendo o dejando de hacerlo, cada día. Y lo que acaba ocurriendo es que la vida es el resumen de todas ellas, sean menores o mayores. Cualquier cosa que acaba entrando en nuestras vidas es la consecuencia de una cadena de actos y caminos que elegimos o no.
Las decisiones mayores son aquellas que se toman conscientemente y suelen requerir a veces ayuda de terceros en forma de consejo, pero siempre con tiempo de reflexión. Las menores son las que se deciden casi sin pensarlo y acaban creando un efecto compuesto. De las dos, son las pequeñas elecciones las que se acumulan día tras días y marcan una gran diferencia.
Tomar decisiones sabias es más sencillo cuando se tienen claros cuáles son los valores prioritarios y a dónde se va. Para no equivocarse conviene hacerse esta sencilla pregunta: ¿la dirección que voy a tomar concuerda con lo que me importa prioritariamente en la vida?
por RAIMON SAMSÓ
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