Las brujas llegaron casi sin avisar, digo casi por que en cierto modo era predecible que aparecieran, lo único que habíamos hecho era pensar que no lo harían, pero Luis tenía en su pasado una unión con ellas, yo no lo sabía pero él venía de un mundo muy distinto al mío, mi mundo por decirlo de alguna manera era un mundo lleno de cosas muy sanas, pero el mundo de Luis era un mundo corrupto, lleno de trampas, amoríos con engaños, peleas de pareja, y sobre todo mucha mucha oscuridad.
Cuándo empezamos a salir, como casi siempre sucede, me contó cantidad de cosas sobre su vida pasada, pero contadas por él eran como una película en la cual él siempre era el bueno y por su mala suerte con las mujeres, era una mera víctima. Yo tan enamorada y tan confiada como era, le creí, y pensé que había tenido muy mala pata y que se merecía todo lo mejor. Lo que no sabía era que la realidad era otra y que sus historias estaban contadas desde un punto de vista y una intención que no podría entender nunca. Yo nunca fui así, soy una persona de lo más confiada y sincera de lo que nadie se pueda imaginar. Pero ahí me metí, me enamoré del mismo demonio.
Como estaba contando las brujas aparecieron por sorpresa, empezaron a perseguirnos, a molestarnos, a hundirnos, a amenazarnos, unas veces en persona, otras por teléfono y otras como sombras que se ocultan detrás de uno mismo. Empezaron a meterse en nuestras vidas hasta el punto de que implicaron a nuestras familias. Eran lo peor de lo peor, una era vieja y la otra era algo más joven, pero las dos eran malísimas. Nos imaginábamos como clavaban alfileres en nuestros cuerpos y de algún modo llegamos a sentirlos. La resistencia mental fue horrible, era una tortura diaria, y por la noche se acrecentaba todo, con la noche llegaban a la puerta y podíamos verlas siempre al acecho. Las brujas nos persiguieron durante mucho tiempo, pudo ser un año entero, hasta que de algún modo se cansaron y sus males los dirigieron hacia otros lados. No pudieron con nuestro amor, pero sin saberlo, o mejor dicho sin querer verlo, seguimos con nuestra historia, pero yo quedé un poco resentida del dolor que me habían causado, y Luis, la verdad no lo se, pero me imagino que ese era su mundo, el mundo del mal, y no creo que eso le hiciera en el fondo mucho daño, ya estaba acostumbrado a aquellos males, de muchas formas distintas.
El caso es que nos fuimos a vivir juntos.
Continuará.............
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