Los síntomas de que padeces retención de líquidos son:
Sobrepeso. No estamos hablando de un sobrepeso cualquiera, sino de aquellos kilos de más que no te puedes quitar ni "portándote muy bien". Pueden no ser solo de grasa, sino en parte líquidos retenidos.
Cansancio. Si te levantas por la mañana sintiéndote cansada a pesar de haber dormido tus horas, puedes tener problemas de retención.
Pérdida de forma. Fíjate en el aspecto de tus manos, dedos, tobillos o muñecas y mira si mantienen o han perdido su forma natural. Si los ves hinchados al final del día, seguramente retengas.
Pesadez. Puedes notar molestias en piernas y tobillos o, incluso, al andar tener sensación de pesadez. Esto puede deberse a una mala circulación.
Calambres. En algunos casos, sufrirlos es una advertencia de que existe un desequilibrio de algunos minerales y una acumulación de líquidos (edema).
Por Mª Isabel Beltrán (Médica Nutricionista)
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