Viva la ronda que ronda
y vivan los rondadores,
vivan las mozas bonitas
que salen a los balcones.
Mocica, si vas por agua
al río al atardecer,
procura volver prontico,
que te podrías perder.
Cuando veo los Monegros
se me encoge el corazón,
son como hierro rusiente
en el vientre de Aragón.
Aunque la ven pequeñica,
yo con ella no me atrevo,
porque lleva sangre maña
y me da un poco de miedo.
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